Núria Gros Carmona: «También es una experiencia terapéutica poder, en un espacio contenido y en determinado lugar, romper mis límites, mis propios límites o lo que está estructurado como límite. Hay muchos casos de niños y niñas que tienen mucha contención a nivel externo o que están muy condicionados por la mirada y por el reconocimiento, y que son lo que se podría llamar «buenos niños y buenas niñas». A estos niños y niñas les viene muy bien tener un espacio donde poder saltarse los límites delante de un adulto o adulta. Estos límites los rompen en un espacio contenido y seguro, no se trata de una descontención caótica que no lleva a ningún lugar. Romper esas normas también las lleva a poder reafirmar su identidad.»