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etapas del desarrollo

Hay muchas psicólogas que han teorizado sobre las etapas del desarrollo infantil y han aportado conocimientos e información a la psicología del desarrollo. Las etapas del desarrollo son las distintas fases por las que pasa una persona desde su nacimiento hasta su muerte. Cada fase trae consigo una serie de cambios que son indispensables para la evolución del individuo. Cuando hablamos de las etapas del desarrollo infantil nos referimos a las que tienen lugar en la infancia. En 1950, Erik Erikson, psicoanalista estadounidense, propone la teoría del desarrollo psicosocial (o teoría de las ocho edades del ser humano) que marca las bases de la psicología evolutiva. En ella argumenta que, desde el nacimiento hasta la vejez, pasamos por ocho etapas (o conflictos) que permiten el desarrollo psicosocial y personal. Cuando nos enfrentamos a un conflicto y lo resolvemos satisfactoriamente crecemos personal y emocionalmente. Sin embargo, si no logramos superar estos conflictos, es posible que no adquiramos las habilidades necesarias para afrontar los que nos esperan en el futuro. De estas ocho etapas, cuatro pertenecen a la infancia.

  1. Confianza frente a Desconfianza

    Esta etapa va desde el nacimiento hasta los dieciocho meses de vida, y depende de la relación y la creación de un vínculo seguro con la madre, o vínculo primario.

    La relación con la madre determinará los futuros vínculos que establecerá el niño o niña con las personas a lo largo de su vida. Lo que determina la calidad de estas relaciones son las sensaciones de confianza, vulnerabilidad, frustración, satisfacción, seguridad, etc. Tener a una persona que cuide y que atienda a sus necesidades, tanto físicas como emocionales, hará que tengan un desarrollo con tendencia a confiar.

  1. Autonomía frente a Vergüenza y Duda

    Esta etapa va desde los dieciocho meses hasta los tres años de vida.

    En este periodo, los niños y niñas comienzan a ser más independientes, aprenden a caminar y a hablar, empiezan a controlar los esfínteres, saben expresar lo que les gusta y lo que no les gusta. Aparece el yo, dicen que no, se rebelan y quieren hacer lo contrario de lo que se les dice. Este mayor «poder» sobre su cuerpo y sobre lo que les rodea hace que empiecen a experimentar una sensación de autonomía y a querer explorar el mundo que les rodea.

  1. Iniciativa frente a Culpa

    Esta etapa va desde los tres hasta los cinco años.

    Los niños y niñas empiezan a desarrollarse muy rápido, tanto física como intelectualmente. Crece su interés por relacionarse con otros niños y niñas, lo que pone a prueba sus habilidades y capacidades. Sienten curiosidad y es positivo motivarles para desarrollarse creativamente.Si las progenitoras reaccionan negativamente a las preguntas de los niños y niñas o a su iniciativa, esto puede generarles sensación de culpabilidad.

  1. Competencia frente a Inferioridad

    Esta etapa va desde los seis o siete años hasta los doce.

    Los niños y niñas muestran un interés genuino por el funcionamiento de las cosas e intentan llevar a cabo muchas actividades por sí mismas, con su propio esfuerzo y poniendo en uso sus conocimientos y habilidades. Se abren al mundo, les apetece conocer a sus iguales y su mirada no está tanto en lo familiar, sino afuera, en lo social. Su grupo de iguales (los otros niños y niñas) comienza a adquirir una relevancia trascendental.

    En el caso de que esto no sea bien acogido o sus fracasos motiven las comparaciones, pueden desarrollar cierta sensación de inferioridad que les hará sentirse inseguras frente a las demás.

Las etapas de desarrollo funcionan como una escalera. Pueden subirlas siempre y cuando las anteriores etapas de desarrollo ya se hayan dado.

Si en alguna de las etapas hay carencias en las necesidades básicas o problemas emocionales esto puede truncar el desarrollo sano y dejar «heridas» o marcas en esas etapas.

Por ejemplo si un niño o niña no genera un vínculo seguro en la primera etapa de desarrollo no tendrá autonomía en la segunda etapa y aparecerá vergüenza o duda. Las etapas están relacionadas entre sí y lo que pasa en una de ellas influye en las demás.

Núria Gros Carmona: «Para mí, la infancia, diría que es la etapa de desarrollo del ser humano más importante. Es la etapa donde en menor tiempo se dan más hitos de desarrollo. Es decir, de ser cien por cien dependientes pasamos a ser bastante autónomas. Por eso es la etapa más sensible del ser humano, es donde se forma y se estructura en realidad la psique de las personas. Si se cubren las necesidades básicas de los niños y las niñas, y sus necesidades emocionales, tendremos adultos y adultas más sanas.»

Núria Gros Carmona: «Cuando acompañas no hay expectativa. Acompañas con lo que hay, con lo que surge, con lo que te saca el niño o la niña. Por eso somos una terapia no directiva. Nosotras acompañamos, no forzamos los procesos. Acompañamos en la expresión y lo único que hacemos es lo que llamamos ampliar la experiencia. Es decir, si un niño o una niña por sí sola puede llegar a cinco, tú puedes tratar de que llegue a siete, pero siempre respetando su tiempo y su proceso. Nunca forzando.»

Núria Gros Carmona: «Con el tema del COVID, no estamos teniendo en cuenta el desarrollo de los niños y las niñas a nivel psicológico, emocional y afectivo. Tenemos unas políticas que lo que protegen sigue siendo a los adultos y a las adultas. Vivimos en una sociedad que encierra a los niños y niñas en unas etapas que son afectivas y vinculares, también con una necesidad vital de movimiento, de expansión y de descubrimiento. Además, nos estamos encontrando que están perdiendo la capacidad de juego. Cada vez hay más niños y niñas que no juegan.»